Viaja con amor
A la hora de planear nuestras próximas y merecidas vacaciones, siempre soñamos con destinos idílicos: una hermosa playa de arena en la Polinesia, cumbres de nieves vírgenes en los Alpes suizos o la vista perfecta de la Torre Eiffel en París. Sin embargo, con más gente viajando que nunca, tenemos que acostumbrarnos a algunos inconvenientes, como playas abarrotadas, largas colas en el telesilla y ciudades atestadas de gente.
Sigue leyendo para conocer el profundo impacto del turismo en las economías locales y nuestros mejores consejos y trucos para evitar el sobreturismo (o masificación turística) sin dejar, por ello, de disfrutar de unas vacaciones de ensueño.
En las últimas décadas, el turismo mundial ha experimentado un crecimiento increíble gracias al abaratamiento de los viajes. Entre los años 2000 y 2018, el gasto mundial en viajes se triplicó, pasando de 495.000 millones de dólares a 1,5 billones. [1]
Y aunque el turismo tiene el poder de traer cambios positivos, este crecimiento rápido o mal planificado puede causar varios problemas. El exceso de turistas y la sobrecarga de las instalaciones turísticas pueden causar daños en enclaves naturales e históricos, monumentos y naturaleza.
Estos daños pueden hacer que los destinos pierdan su identidad y autenticidad únicas, lo que repercute no solo en la experiencia turística, sino que también perjudica al medio ambiente y a las comunidades locales de las que depende el turismo.
Los efectos son visibles no solo en exóticos destinos como el arrecife de coral de Australia, que se está volviendo blanco por culpa de la contaminación (entre otros motivos), sino también en ciudades como Venecia, donde los residentes pidieron la prohibición de los cruceros colgando pancartas de protesta de sus ventanas. En 2021, finalmente se prohibió a los grandes cruceros utilizar el canal de la Giudecca, permitiendo el atraque únicamente a transbordadores de pasajeros y buques de carga más pequeños, preservando la vida marina, el pintoresco muelle histórico y la calidad de vida de los venecianos. [2]
En los últimos años, los informes de observadores turísticos de países europeos han llamado nuestra atención sobre el impacto negativo de la masificación turística en muchas ciudades y sus consecuencias medioambientales.
Un ejemplo es Barcelona, que fue uno de los cinco principales destinos de última hora para viajeros italianos y franceses en 2023 [3]. Con más de 23 millones de visitantes, la ciudad duplicó en 2022 el número de turistas anual en comparación con 2021, lo que incrementó los niveles de contaminación acústica y atmosférica, causados principalmente por aviones y cruceros [4].
¿Significa esto que tenemos que renunciar, por ejemplo, a visitar Europa? En absoluto, se trata de elegir destinos menos conocidos pero igualmente espectaculares.
Nuestra recomendación: Montenegro es, probablemente, uno de los secretos mejor guardados de Europa: alberga espectaculares paisajes, un grandioso patrimonio histórico-artístico y una animadísima vida cultural.
El turismo es mucho más que tachar lugares de una lista; ¿por qué no explorar un destino de playa menos popular o intentar viajar en temporada baja?
Comencemos con un poco de aventura: en lugar de ceñirnos a los lugares más turísticos, vamos a atrevernos a salirnos de los caminos más trillados y a explorar joyas menos conocidas.
No solo disfrutaremos de una experiencia más íntima, sino que también daremos un respiro a esos destinos tan masificados.
Escoger la opción menos previsible tiene que ver con el destino y con elegir el momento justo. Imaginemos la Torre Eiffel sin un mar de palos selfie. Como suele ocurrir en los viajes, ¡elegir el momento justo es crucial! Es esencial intentar visitar las atracciones más famosas en temporada baja para evitar las aglomeraciones e intentar conseguir ventajas como descuentos o eventos especiales, o incluso averiguar cuáles son las horas punta para evitarlas. Según nuestro informe Travel Horizon de 2024, septiembre y octubre son los meses preferidos para los atrapa-chollos y para reservas de última hora [3].
Nuestra recomendación: aunque es cierto que es “casi obligatorio” visitar ciertos destinos en determinada época del año, ¡otros muchos son preciosos en cualquier estación!
Respetar las costumbres y el medio ambiente locales es la forma más cool de viajar. Supongamos que hemos reservado un fin de semana largo en una ciudad europea, por ejemplo, Lisboa. Estamos impacientes por zambullirnos en su animado ambiente, por subir al castillo y por pasear por Alfama. Pero, ¿cómo podemos convertirnos en viajeros responsables?
Podemos elegir opciones de transporte sostenible como el transporte público, la bicicleta o caminar. No solo reducimos nuestra huella de carbono, sino que también aliviamos la tensión en los puntos turísticos más concurridos, a menudo atestados de coches de alquiler.
Nuestra recomendación: al elegir negocios locales, transporte público y destinos en temporada baja es mucho más sencillo interactuar con la población local y dejarte aconsejar para descubrir todo tipo de joyas ocultas.
A veces, las mejores experiencias surgen al visitar lugares o tomar decisiones de forma espontánea, abriéndonos a la posibilidad de adaptar nuestros planes sobre la marcha. Puede que el exceso de turismo intente aguarnos la fiesta, pero no tenemos por qué aceptarlo. Como apasionados de los viajes, podemos ser agentes del cambio, haciendo del mundo un lugar mejor viaje a viaje.
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