El pequeño tesoro del Hotel des Marronnier es su jardín, situado detrás del establecimiento y abierto a los clientes y a los parisinos en general.
Al abrigo de la rue Jacob, y con grandes ventanales, sus habitaciones son un remanso donde relajarse al final del día.
Resguardado del bullicio parisino, el salón de té invita a tomarse un respiro en este lugar tan especial.
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