Si las vacaciones de verano te han resultado escasas o nulas, alégrate, porque tienes muchos fines de semana por delante para hacerte unas escapadas a distintas ciudades europeas. Te sabrán a gloria. En tu mente viajera empiezan de inmediato a desfilar urbes como Barcelona, Ámsterdam o Roma. ¡Ofrecen planes perfectos! Y existen más destinos increíbles a dos o tres horas de vuelo de tu ciudad. ¿Qué tal si te vas el finde a saborear una copa de vino a Burdeos o a escuchar los latidos de Berlín en la Potsdamer Platz? ¡Puedes ir preparando varias mini vacaciones desde ya!
Nada más llegar a Barcelona, la ciudad te lleva a recorrer las Ramblas y a admirar la plaza de Cataluña. Luego, presume del ingenio de Gaudí en la Casa Batllò, la Pedrera y la casa Milá, todas en el Paseo de Gracia, el parque Güell y el magistral templo de la Sagrada Familia, que te fascina cada vez que aparece frente a ti. Exprime tu escapada de fin de semana en Barcelona descubriendo su pasado medieval por las calles del barrio Gótico, en la Ciutat Vella, y disfruta del arte y los restaurantes de la Rambla de Santa Mónica.
En una escapada de fin de semana, Ámsterdam se despliega ante ti como una preciosa pintura viviente y, además, te propone visitar los museos que albergan obras de Van Gogh, Rembrandt y Vermeer, entre otros grandes artistas. El Vondelpark es ideal para disfrutar en familia, tomar la merienda o pedalear, y también son estupendas ideas visitar la Casa de Ana Frank y las fachadas de las casas de madera de Begijnhof. Te encantarán el mercado de arte de la plaza Spui y el ambiente de la neurálgica plaza Dam, desde donde se accede al icónico Barrio Rojo de Amsterdam.
Paris is always a good idea. ¡Esta es una verdad absoluta! Un fin de semana en París te permite disfrutar del ambiente bohemio que los artistas de principios del siglo XX dejaron grabado a fuego en los barrios de Montmartre, Latino y Montparnasse. Muchas de sus obras se exponen en el Museo d'Orsay. Las fotos y el ascenso a la torre Eiffel, el paseo por la avenida de los Campos Elíseos desde el Arco del Triunfo hasta los jardines de las Tullerías y un recorrido por la Isla de la Cité también caben en una inolvidable escapada a París.
¿Qué esperar de una escapada de fin de semana en Dublín? Pues dos días en una ciudad cuya individualidad te conquista, visitando lugares excepcionales. A orillas del río Liffey se eleva el castillo que guarda el legado vikingo, y en el puerto se conserva una réplica del buque Jeanie Johnson, que llevara tantos irlandeses hacia el sueño americano. Y luego está Temple Bar, un distrito súper animado lleno de bares con música en vivo, donde se localiza el Museo Guinness con su panorámico Gravity Bar. También podrás descansar en uno de los amplios y verdes parques de Dublín y visitar el zoo.
¿Algo te dice que tu próxima escapada de fin de semana tendrá como destino Roma? Es porque anhelas pasear entre las fuentes de Piazza Navona, pedir un deseo al tirar tu moneda en la mítica Fontana di Trevi y pedir una cena para dos en una trattoria del Trastévere. Además, podrás hacerte una caminata desde el Coliseo a la Plaza Venecia, realizando una parada en los Foros Imperiales, y hacer unas fotografías de lujo. Y tomarte unos helados deliciosos en Giolitti, la heladería más antigua de Roma.
El primer vistazo a Berlín delata el atractivo de su interesante diseño, que organiza a la perfección su pasado, su espíritu de vanguardia y unas zonas verdes que llenan de vitalidad a la ciudad. Entre ellas destaca el enorme Tiergarten, donde se encuentra el zoo de Berlín y te puedes tomar un café en un escenario de postal, junto al lago. Incluye en tu itinerario una visita al Palacio de Charlottenburg, refinado y barroco, que evoca el esplendor de la dinastía de los Hohenzollern.
Reikiavik es una ciudad acogedora, ideal para pasar un fin de semana formidable. Barrios residenciales con sus casas coloridas se alternan con edificios de cristal que parecen traídos del futuro, y desde cualquier punto es visible la estilizada Hallgrímskirkja, la emblemática iglesia desde cuya plataforma superior podrás observar una vista panorámica de toda la ciudad. Una escapada de fin de semana en Reikiavik te permitirá también disfrutar de las piscinas termales urbanas y contemplar los impactantes paisajes naturales que rodean la capital de Islandia.
Pasar un fin de semana en Sevilla es rodearse de historia árabe, mudéjar y gótica con solo pasear por las calles de la ciudad. El Alcázar, cuya belleza asombra, es un grupo de palacios en los que se aprecian todos estos estilos. También sorprende la plaza de España, situada en el agradable y extenso parque de María Luisa. En tus paseos puedes admirar la Torre del Oro junto al Guadalquivir, la plaza de toros de la Maestranza y acercarte al recinto donde se celebra la famosa Feria de Abril de Sevilla.
Una escapada de dos días a Dubrovnik es sinónimo de viajar a un destino Patrimonio de la Humanidad, con su casco antiguo rebosante de obras creadas por tantos artistas que han crecido en la ciudad. El azul del mar Adriático le aporta una belleza surrealista, y la puedes experimentar al realizar una excursión en yate por las encantadoras islas Elafiti. Y tendrás tiempo para pasear por la calle Stradun, que reconocerás si eres fan de Juego de Tronos.
Lisboa espera a sus visitantes con su atmósfera auténtica y única, mezcla de testimonios del pasado, gastronomía adorada por los foodies y emotivas noches de fado. Entre las visitas acertadas para un fin de semana en Lisboa se incluyen el castillo medieval de San Jorge, la Torre de Belém en el barrio del mismo nombre, donde se encuentra la legendaria fábrica de pasteles de Belém, el monasterio de los Jerónimos de Lisboa y el Museo Berardo y su magnífica colección de arte contemporáneo.
Florencia, la ciudad de los Medici, es un despliegue de arte y belleza equilibrada, que brilla en tantas construcciones admirables. La Capilla de San Lorenzo, la Galería de la Academia donde se encuentra el David de Miguel Ángel, el Duomo Santa Maria del Fiore, símbolo de la capital de la Toscana, y la basílica de Santa Croce, cuya perfección deslumbra, son solo algunos ejemplos de lo que te espera al irte de fin de semana a Florence.
Burdeos o Bordeaux, su nombre en francés, ofrece mucho más que sus excelentes vinos. Es una ciudad repleta de escenas y rincones bellísimos, salpicada de elementos muy propios, como el Miroir d'Eau. Se trata de un gran espejo de agua que refleja las construcciones de la Place de la Bourse, donde es posible refrescarse en verano. Sorprenden también las antiguas puertas de Burdeos, particularmente la Grosse Cloche y la Porte Cailhau, el Grand Théatre y la catedral gótica de San Andrés.
Un fin de semana en Budapest te demuestra que tu capacidad viajera de asombro no tiene fin. Desde las calles hasta el metro, que es el más antiguo de Europa, todo es parte del Patrimonio de la Humanidad. Entre sus monumentos destacan la Ópera Nacional de Hungría, la basílica de San Esteban y la escultura del arcángel Gabriel, situada en la plaza de los Héroes. En el parque aledaño se descubre el balneario Széchenyi y el castillo de Vajdahunyad.
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