Este hotel goza de una magnífica ubicación en lo alto de una colina de Castilla La Mancha, por lo que ofrece unas impresionantes vistas al valle y al pueblo de Ayna. Es el lugar perfecto para unas vacaciones en un entorno natural donde disfrutar de largos paseos por las montañas o el campo, hacer ciclismo de montaña o incluso escalada para aquellos que necesiten un poco de adrenalina. Mientras que la piscina es el mejor lugar donde relajarse al final del día y prepararse para la deliciosa cena que los chefs invitados del restaurante del hotel ofrecen, posibilitando la degustación de lo mejor de la gastronomía de La Mancha.
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