Viajes baratos a Copenhague

Cuándo ir a Copenhague

Nadie puede resistirse a la estampa nevada del gran canal de Copenhague a su paso por el Nyhavn. Pero, ojo, porque si lo visitas en invierno, puede que te llueva durante días, y que un viento gélido te obligue a buscar refugio en una de esas cafeterías que respiran espíritu hygge, o a tomarte un vino caliente en uno de los múltiples mercadillos de Navidad. En el lado opuesto del calendario, el verano es garantía de jornadas de sol que se alargan, de baños en las playas urbanas a lo largo de sus canales, y de días que acaban de madrugada en mercadillos de street food con música en directo. Algo más templados, la primavera y el otoño son sinónimo de un clima húmedo y algo más fresco que sin embargo invita a disfrutar de los parques y a celebrar que la hibernación invernal ha llegado a su fin, o que todavía está por llegar.

Acostumbrados a que las horas sin sol se apoderen de gran parte de su calendario, los daneses han hecho de las noches un espacio dedicado al disfrute, ya sea en interior o al aire libre, algo que encaja a la perfección con el concepto de lagom que promueve la moderación y el equilibro, en este caso entre la vida laboral y el ocio. Durante la temporada estival, no te faltarán los planes en antiguos astilleros y puertos reconvertidos en espacios culturales con puestos de comida como Reffen, en el que ver la puesta de sol y escuchar música en directo hasta bien entrada la noche. En la zona de Vesterbro tienes los sitios más hipster, en Nørrebro tienes las mejores cervezas y cócteles, en Kødbyen la noche más alternativa y en el centro, famosos clubs como Hive, Zen o Sunday.

El Nyhavn fue lugar de entrada a Copenhague por mar. El canal más fotogénico de la capital danesa era punto de encuentro de comerciantes. Hoy lo sigue siendo, aunque de turistas y lugareños que llenan terrazas o inmortalizan sus características fachadas de colores. Cuando viajes a Copenhague, será de los primeros sitios que visites. El segundo será seguramente el icono de la capital escandinava: la Sirenita. A pesar de ser más pequeña de lo esperado, es su monumento más visitado. Probablemente entre los siguientes estén Christiania, los jardines de Tívoli o el castillo de Rosenborg. Tampoco te pierdas su principal calle comercial, Stroget, la iglesia de San Salvador o el Palacio de Amalienborg.