Rumanía, una nación moderna y llena de vida
Antiguo baluarte del comunismo soviético durante el Telón de Acero, Rumanía es a día de hoy una sociedad próspera, libre y abierta que se ha convertido con rapidez en uno de los destinos turísticos más importantes de Europa del Este.
Situada en la antigua provincia romana de Dacia, el país parece estar dividido en dos mitades por el extenso sistema montañoso de los Cárpatos. En este paisaje único y espectacular, todavía resuenan los aullidos de los lobos y los cuentos folclóricos de seres vampíricos que atemorizaban a los habitantes de Transilvania.
Los encantadores pueblos medievales y las grandes iglesias ortodoxas denotan una tierra llena de historia, mientras que las atrevidas y modernas ciudades exhiben un país que, con la voluntad de construir un futuro como nación europea, se ha desecho del yugo del pasado.
Principales puntos de interés
Los vuelos desde Londres aterrizan en el aeropuerto Henri Coanda, situado a corta distancia de Bucarest. La capital es una embriagadora mezcla de uniformidad comunista y de capitalismo desenfrenado y su agitada historia se traduce en un paisaje urbano lleno de contrastes.
En el corazón de Bucarest, los centros comerciales ostentosos y los rascacielos recién construidos muestran el nuevo talante de Rumanía. Sin embargo, la escena social llena de caras jóvenes y frescas, tiene como telón de fondo una arquitectura comunista que todavía ocupa un lugar preponderante.
En ninguna otra parte de la ciudad este hecho es más evidente como en el caso del mastodóntico Parlamento. Construido por orden del último dictador de Rumanía, es el segundo edificio más grande del mundo y un monumento de mal gusto al servicio del egoísmo totalitario. En su interior se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo.
Historia y arquitectura
Situada en lo más profundo de las majestuosas montañas de los Cárpatos, Transilvania todavía es sinónimo de supersticiones rurales, sombras oscuras y castillos fantásticos encaramados en lo alto de un acantilado amenazador.
De hecho, sitios como el Castillo de Bran, la legendaria fortaleza del conde Drácula, aún mantienen un aire de poder tenebroso. Aunque no todo es terror legendario; este paisaje montañoso es ideal para practicar senderismo, espeleología e incluso esquiar en las pistas de Bucegi.
Las vastas llanuras de Moldavia albergan algunos de los más bellos lugares religiosos de Rumanía. Sus complejos monásticos, lujosamente decorados con frescos de colores brillantes, son poco visitados y vale la pena explorarlos. El de Voronet, construido en 1488, es el más célebre de ellos y cuenta con vistosos murales que representan el zodíaco, el cielo y una visión muy curiosa del infierno.
Comer y beber
Bucarest cuenta con una interesante tradición culinaria, repleta de una gran variedad de platos rurales y urbanos. La Mama es un popular restaurante que sirve platos tradicionales preparados con amor, como el cuello de cerdo asado servido con muchas patatas. La cervecería más antigua de Rumanía es un establecimiento animado en el que disfrutarás de cervezas excelentes. También cuenta con una carta de platos locales abundantes.
Vida nocturna
Como pasa en muchas otras ciudades con una escena nocturna intensa, la Rumanía urbana celebra la llegada de la noche con renovada energía. Debido a su bulliciosa clientela estudiantil, la escena nocturna de Iasi, la segunda ciudad más grande del país, es difícil de superar. Si acudes a discotecas como La Bazã y Fratelli, tendrás que bailar hasta la madrugada.
Bucarest cuenta con numerosos bares y discotecas que te garantizan una noche memorable. Después de disfrutar de un cóctel en Club A, dirígete a Mojo para pasar una noche de hedonismo absoluto.