En Costa Rica, la joya verde de América Central, abundan las olas, la biodiversidad, las aventuras y la calidad de vida. Con una cuarta parte de su territorio protegido por su riqueza medioambiental, prepárate para que en este país de gente amable y ritmo tranquilo, todos los caminos conduzcan a una playa paradisíaca, un volcán, una cascada o un lago. Haciendo honor a su famoso «pura vida», el saludo oficial de los costarricenses –cariñosamente apodados «ticos»–, aquí se viene a disfrutar de la vida salvaje, de una naturaleza imprevisible y grandiosa que podrás descubrir en excursiones por la selva y un sinfín de actividades al aire libre, desde el descenso de aguas bravas, a tirolinas, pasando por el surf o la observación de una fauna tan sorprendente como escurridiza. Toma nota de los imprescindibles que ver en Costa Rica, el país rey del ecoturismo.
Volcán Poás. Está situado en una región homónima que acumula verdes montañas, bosques de nubes y hermosos campos de cafetales. Como envuelto en polvo de hadas, su cráter regala a quien asciende hasta él la estampa de su lago verde esmeralda, humeante y acechante (es un volcán activo con actividad en los últimos cinco años).
El Arenal. Compite en belleza con el Poás y es otro de los ineludibles que ver en Costa Rica. De forma cónica, también está en activo, y ofrece numerosos senderos y excursiones, como la ascensión al Cerro del Chato, a las fuentes termales que hay en los alrededores o a la catarata La Fortuna, un espectacular salto de agua de 70 metros.
Parque Nacional Tortuguero. Para ver fauna, hay que venir aquí. Entre el Caribe, una frondosa selva y verdes humedales atravesados por canales, podrás avistar caimanes, monos, perezosos y hasta el milenario ritual de desove de las tortugas en las playas de arena negra.
Bosque Nuboso Monteverde. Un paraíso rebosante de vida. Una maraña de enredaderas, helechos y musgo. Una selva tropical cargada de niebla y misterio. Eso, y una rica biodiversidad te esperan en este territorio virgen a unos 1600 metros de altitud en el que no faltan los puentes colgantes y las tirolinas.
Parque Nacional Corcovado. Inexplorado y prístino, este parque nacional encierra una de las selvas tropicales más inaccesibles del país. Adentrarse en ella es recorrer senderos de una belleza intensa y virgen como el que parte de bahía Drake y que hace noche en la no menos impresionante estación forestal La Sirena. Prepárate para ver sin ser visto por jaguares, tucanes, diversas especies de monos, armadillos y serpientes, entre otros.
Parque Nacional de Manuel Antonio. Es el más pequeño de los parques nacionales del país, pero pese a ello, el más popular. No te cansarás de ver monos capuchinos posando en idílicas playas, pelícanos lanzándose al agua o mapaches, entre muchos otros animales. Para aprovecharlo al máximo, se recomienda reservar una visita guiada y prepararse para poca intimidad.